Sí, como siempre ando atrasada en todo y el día de las madres ya pasó pero para mí apenas es 10 de mayo porque mi calendario personal anda hecho añicos voy a escribirle con madre a la madre de todas las madres: mi madre.

Mi mamá es Lourdes Valencia Flores y Lourdes de Arvayo, y sí, como leyeron tiene dos nombres. El primero es el que le dice a los amigos y a la familia y el segundo es el que utiliza cuando firma con la tarjeta o cuando quiere que papá le sustente sus compras en alguna tienda departamental de prestigio. Es muy inteligente.Hay tanto qué decir de ella, qué no se por dónde empezar. Mi mamá es todo un personaje, es la clásica reina del hogar. Su corona es una bolsa de plástico del LEY que se pone en la cabeza para no dejar caer un sólo pelo cuando hace los tamales para las fiestas decembrinas. Su ropaje “real” es un pantalón cómodo junto con una de mis camisetas de algún congreso o evento de diseño y unas buenas chanclitas. No es que ella sea fodonga, no es que no se arregle a diario, pero esa es su ropa para trabajar y ella trabaja tanto en esta empresa que fundó hace más de 30 años llamada familia que es raro no verla con esas prendas. Nos parecemos en la “ropa cómoda”: fondoguez hogareña.

Ella es todo un personaje, odia manejar y no lo hace después de las 5 de la tarde, teme que el sol se oculte y el auto se convierta en una calabaza que le impida regresar a casa. Yo conduzco por ella.

A ella no le interesa recorrer Europa y se esfuerza por comprender mi fascinación por ciertos pintores, por los cientos de monumentos que quiero conocer o por las enormes ventajas que tenemos los diseñadores al tener un ctrl+z en nuestras vidas. Me presta atención.

Mamá es extremadamente limpia y ordenada, todo tiene que estar en su lugar en el momento y lugar preciso porque si no se arruina su día. Dejar el litro de la leche afuera del refrigerador mientras me preparo una de mis tantas tazas de café diarias, le irrita tanto que hace que me regrese a guardarlo inmediatamente. Je… ¡pero! lo que ella no sabe es que lo dejo afuera porque en menos de 5 minutos regresaré por otra taza. Se preocupa demasiado por mi consumo de café pero yo la he visto tomar cucharadas puras del mismo. También nos parecemos en eso.

Su jardín es su orgullo y uno de sus principales pasatiempos, pasa horas arreglándolo y a pesar de que muchas cachoras se pasean en el, su amor por las plantas (sobre todo rosales, geranios y las mentadas teresitas) es tan grande que evade sus más profundos miedos contra éstos reptiles y continúa manteniéndolo día con día. Realmente su jardín es hermoso.

Mientras te estoy escribiendo esto acabas de venir a pedirme que le baje a la música y a pesar de que los años pasan y pasan, ella no pierde la fé en que mi “audición” así como mis habilidades de cantante mejoren y escuche mis discos en un volumen más bajo o de plano que cante bien y así, pueda mandarme a concursar a la Academia y ser su orgullo cada domingo. Gracias Dios por no darme una bella voz.

Mi mamá es una mujer muy fuerte. Se enferma con regularidad pero es raro que lo manifieste pues no le gusta preocuparnos. Puede tener un dolor desde el hombro hasta la parte baja de la espalda y aun así tiene fuerzas suficientes para levantar, cargar y consentir a mi sobrina por horas. Ni yo hago eso.

Ella es valiente, muy valiente y una campeona, pues derrotó a un poderoso enemigo llamado cáncer no hace más de año y medio y ahora está mejor qué nunca. Luce hermosa y más optimista.

Ella es la mujer más hermosa y linda que conozco, tiene los ojos más bellos y expresivos que jamás haya visto y aunque me duela admitirlo en el paquete “vida” que me otorgó hace 24 años no iban incluidos. ¡Maldita genética traicionera!

A mi mamá le debo todo, ella es un ejemplo a seguir, aunque yo se que todos los que lean esto dirán “no, no fíjate que no mi mamá es la mejor” no me importa, éste es mi espacio, éste es mi blog y en mi blog ella es una reina y ella es la mejor ¡lero, lero!.

Te amo mamá, aunque no sabes como funciona “esto de la Internet” este “pedacito” es tuyo, tu eres la mejor.

Tu hija la eterna cotorra
Diana