viernes, junio 30, 2006
lección de vida vol. 1

Entonces nos vemos el jueves - Le dije a Marysol y me despedí de ella con un beso en la mejilla. Eran las 4:25pm y a pesar de que estaba muy nublado, el calor de Hermosillo hacía que me apresurara para llegar al auto. Caminé aprisa pero por más que intenté no ser víctima de los 45°C que hacían, comencé a sudar, a ponerme roja y a desesperarme. Los huaraches NEGROS que traía hacían más lento mi caminar. Doy vuelta por la esquina derecha y ahí está, mi auto, bajo la sombra de un árbol, tal y como lo dejé. Intenté pasar por la parte trasera para llegar a la puerta y el espacio entre la defensa y el auto que se encontraba estacionado detrás de el no me permitían pasar. Quise hacer lo mismo por enfrente pero sucedía lo mismo, entonces me doy cuenta de que ¡Me tienen atrapada y los dueños de ambos carros no se ven por ningún lado! ¡Con un carajo!

Puedo intentar salir con el poco espacio que tengo enfrente y posiblemente hacerles algunos rayones mientras hago las maniobras necesarias -pensé- puede que sólo necesite de dos reversas y con eso salga -calculaba- y mientras decidía qué hacer y evaluaba mis pocas posibilidades; me percaté de que el carro que está delante mío es una chatarra, el mío no es la gran cosa pero... un momento, me asomo bien y... ¡Oh Dios mío! el carro que está detrás de mí es un BMW blanco, ¡precioso! e impecable, ni un sólo rayón, ni un sólo indicio de mugre o algo similar.¿Cómo le voy a dar en la madre a este auto tan hermoso? ¡No tengo el corazón para hacerlo! ¡No puedo! ¡No puedo! Y mi tonto amor y gusto por los autos se apodera de mí y hace que comience a buscar al dueño del auto. ¡Sí! Casa por casa, puerta por puerta hasta hallar a la persona. Pasaron alrededor de 35 minutos hasta que dí con el dueño. Era un señor de unos 50 años que se encontraba recibiendo su terapia reafirmante del espíritu guaralá guchuflé ñe, ñe extraña o algo así le entendí. Cosas de gente mayor y con dinero y mucho tiempo libre.

Salió con las llaves en mano y con un rostro relajado y tranquilo. Estábamos a punto de subirnos a nuestros autos cuando me preguntó que si porque no había intentado salir con el poco espacio que me habían dejado y le respondí que no quería que un auto tan hermoso como el de él fuera víctima de mis terribles y carecientes habilidades para estacionarme. Él se quedó callado y me dijo - Muchas gracias, si de nuevo volvemos a compartir estacionamientos te agradecería mucho que me avises cuando vayas a salir- Se subió a su auto y dio tremendo reversazo en el que dejó un amplio espacio entre su carro y el mío, creo que le dí miedo, creo que él también cuida bastante a su BMW.

Dí una vuelta y tomé la Reforma. Mientras conducía medité sobre el auto que tengo así como del porqué yo no tengo uno de esos y concluí que si lo tuviera, ya lo hubiera madreado todo y no hubiera podido vivir con eso. Así que me siento feliz y conforme con "La Goldie", el auto justo para quienes en efecto, somos un peligro latente ante el volante.

Diana
 
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sábado, junio 24, 2006
Nos vemos en el 2010
 
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jueves, junio 22, 2006
Luis Figo

Una vez en clase de italiano la maestra nos pasó una lista de vocabulario, entre tantas palabras hubo una que sobresaltó de las demás: FIGO. Inmediatamente le pregunté: -¡Maestra, maestra! ¿Qué es Figo?- ella dijo que FIGO es simple y sencillamente: GUAPO / ATRACTIVO. ¡Y vaya que lo es!

¡Ahhhhhhhhh! Nada más de verlo, nada más de pensar en él… ¡Ahhh! el efecto hormona-jarosienta se apodera de mí y los pensamientos sucios y no aptos para menores invaden toda mi mente. ¡Y es qué véanlo! ¡Véanlo por favor! Con 1.80 de estatura y 75 kg de peso Luis Figo es testosterona ciento por ciento pura.

Aquí les comparto un poco de su biografía para que lo conozcan más al hombre que le hace honor al nombre que porta en su jersey, Figo, guapo, guapo, guapo… ¡qué guapo! ¡¡¡guapísimo!!!

Luis Figo es uno de los rostros más conocidos del fútbol mundial e, indiscutiblemente, uno de los jugadores con más talento que ha honrado este deporte en los últimos años. La precisión en el pase, los centros medidos y el liderazgo innato de Figo, siempre magistral con el balón en los pies, lo han situado entre los mejores futbolistas portugueses de todos los tiempos.

Luis Filipe Madeira Caeiro Figo nació el 4 de noviembre de 1972 en Almada, un suburbio de Lisboa. Cuando era niño, Figo jugó en un equipo de barrio llamado Os Pastillas y, a los 11 años, ya había sido contratado por uno de los grandes del país, el Sporting Clube de Portugal, donde permanecería hasta los 22 años. Desde muy tierna edad, Figo estuvo muy por encima de sus coetáneos. Así, debutó con el primer equipo del Sporting de Lisboa con apenas 17 años y se estrenó con la selección absoluta dos años más tarde, en 1991.

En 1989, este ágil y rápido extremo formó parte de la selección de Portugal que quedó tercera en el Campeonato Mundial Sub-16 de la FIFA celebrado en Escocia. Dos años después, fue un miembro destacado de la denominada Generación de oro de Portugal, que se abrió paso hasta la victoria en el Campeonato Mundial Juvenil de la FIFA celebrado en su propio país. Figo acabó siendo parte esencial de la selección absoluta, junto a otros integrantes de aquel célebre combinado sub-20, como Rui Costa y João Pinto.

Los esfuerzos de Figo con la camiseta verdiblanca del Sporting tuvieron como escasa recompensa una solitaria Copa de Portugal, en la temporada 1994/95. Sin embargo, tras abandonar el estadio José Alvalade, su vitrina de trofeos empezaría a llenarse a una velocidad pasmosa. En 1995, Figo fue contratado por uno de los grandes de la liga española, el FC Barcelona. Allí, con entrenadores como Johan Cruyff, Bobby Robson y Louis van Gaal, inició su transición hacia el superestrellato, proclamándose mejor jugador portugués del año en cinco ocasiones. Figo fue uno de los grandes protagonistas en la plantilla azulgrana que ganó la Recopa de Europa en 1997, la Supercopa de Europa en 1998 y la liga española en 1998 y 1999, así como la Copa del Rey en 1997 y 1998.

Sin embargo, probablemente, las mejores actuaciones de Figo tuvieron lugar en la Eurocopa 2000, donde fue el alma máter de una selección portuguesa que maravilló a los aficionados con su brillante fútbol de ataque. Puede que el futuro campeón, Francia, acabara con las ilusiones lusas en semifinales, pero Figo fue considerado por la gran mayoría como uno de los mejores jugadores del torneo.

Después de la Eurocopa 2000, la polémica rodeó la marcha de Figo del Barcelona al eterno rival, el Real Madrid, por una cantidad récord de dinero: 59 millones de euros. Tras despejarse la polvareda levantada, Florentino Pérez fue elegido presidente del equipo blanco y, de paso, convirtió a Figo en el primero de sus Galácticos. Al internacional portugués no le costó mucho adaptarse a la vida de la capital española y, ya en su primera temporada, ganó La Liga. Durante su estadía en el Santiago Bernabéu, Figo conquistó el título de Liga en 2001 y 2003, mientras que en 2002 alzó el trofeo de la Liga de Campeones de la UEFA y la Copa Intercontinental.

Una vez más, Figo demostró ser el hombre de las grandes ocasiones con sus exhibiciones en la Eurocopa de Portugal 2004. Sin embargo, a diferencia de la Generación de oro de 13 años antes, la formación ibérica no pudo hacer valer el factor campo y sufrió una sorprendente derrota contra Grecia en la final.

En 2005, la superestrella portuguesa se marchó al Inter de Milán, donde rápidamente se adaptó y se erigió en un modelo a seguir, con una serie de actuaciones vistosas durante su primera temporada en la Serie A italiana.

Entre los muchos galardones individuales que se le han concedido durante el transcurso de su brillante carrera, dos méritos sobresalen por encima del resto: Figo es el futbolista que más veces vistió la casaca de Portugal, con más de 115 partidos en su haber; mientras que, en 2001, el elegante extremo tuvo el honor de ser premiado como Jugador Mundial de la FIFA.

Luis Figo no es sólo una cara bonita, como pueden ver es un hombre sumamente talentoso. ¡Ahhhh… suspiro por vigésima vez! ¿Ya lo vieron? Yo no me canso de verlo.

VEREDICTO: Por ser un gran futbolista, por tener esa nariz, esos ojos, ese cuello, ese cabello, yo, mommy, le otorgo 5/5 puntos por ser físicamente el hombre más guapo sobre la faz de la tierra. Además, recibe como premio la inigualable oferta de tener un encuentro cercano de tercer mundo conmigo. ;)

Figo, Figo, Figoooooooooo

Diana

 
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lunes, junio 19, 2006
"El poder de las matemáticas"

Las facturas amarillas van dentro de este cajón, las de color rosa se tiran y las blancas se las lleva el cliente- me explicó mi hermana Flor, actual encargada de inventario y almacén del negocio de la familia. –Ok- le respondí al mismo tiempo en el que realizaba correctamente el procedimiento que me explicó. Ella salió un par de horas a cubrir unos pendientes y yo me quedé acomodando unos folios y atendiendo la caja.

No me pregunten porqué, ya que ni yo lo sé, no se como tomé esta decisión o porqué me animé a hacer algo que siempre dije que no lo haría pero partir de hoy, dejo de diseñar por un tiempo no establecido y me dedicaré a trabajar en la refaccionaría de la familia. Sí, una vez más estaré rodeada de autos y estos formarán parte esencial de mi vida. Conviviré todos los días con los mecánicos greñudos sedientos de un descuento y con otros tantos que el olor de la cruda del fin de semana aun los persigue. Sí, será muy interesante medir que tan grande es mi punto de ebullición y hasta que grado se pueden rebasar los niveles de mi paciencia, ya sea conviviendo con mi hermano y mi padre o lidiando con el desorden que reina en la oficina. Va a ser una nueva experiencia. Van haber muchos reclamos. Probablemente arda Troya…

Pero no me quejo, todos se han portado muy lindos conmigo, quizás porque sea el primer día y aun no les colmo la paciencia con mis interrogantes. No lo sé. Hoy tuve una experiencia extra sensorial con la perforadora que sirve para armar los famosos “broches baco” ¡Fascinante! Y un reencuentro de primer nivel con las grandiosas matemáticas que les quiero compartir: Se acercó un cliente a la ventanilla y le dije de la manera más educada y cortés -Buenos días son $620- -Aquí tienes $500 y $200 pesos más- me dice mientras sello su factura “pagado” y saco $80 pesos para darle su cambio. En eso, mi padre me interrumpe –Mijita… ¿sabes usar la calculadora?- En esos momentos me quedé un poco desconcertada ¿Lo dijo realmente en serio? –Sí… si la sé usar- Y al terminar de decir esto mi papá ya estaba a un lado mío diciéndome –Te voy a enseñar a sumar y restar- ¡Oh por Dios!¡Eso marcó mi día! Estuve a punto de decir en voz alta: ¡Hola Suma y Resta me llamo Diana Arvayo, tengo 24 años y hoy es la primera vez que sé de ustedes! De verdad que en ese instante me sentí como la mismísima Paris Hilton: completamente hueca. ¡Se los juro! ¡Sólo me hacía falta el cabello rubio y coeficiente intelectual por debajo del nivel normal y un video porno casero para ser la versión Hermosillense! ¡Con un carajo mi papá de verdad que se pasa! Puedo comprender que no supiera que tenía 18 años cuando él pensaba que tenía 13, puedo entender que creía que estudiaba para dibujar “monitos” o que olvida mis cumpleaños, graduaciones y eventos importantes, pero… que dude de mis capacidades con “suma – resta” eso si me marca.

–Gracias Don Albino- Exclama el cliente - A usted- le responde mi padre con el clásico intercambio verbal universal de “compra / venta” que se vive en la refaccionaría todos los días. Con la venta ya realizada se da por terminada la exitosa capacitación de "suma y resta" en la calculadora solar de alta tecnología. Entonces, mi padre regresa a su escritorio, y yo con tanto conocimiento numérico mejor encendí la televisión para ver el mundial y despejarme un poco.

C'est la vie
Diana
p.d. se dan asesorías veraniegas de matemáticas

 
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jueves, junio 15, 2006
Ciencia ficción

El Pasado viernes 9 de Junio se celebró el tercer Ataque bajo el nombre de “Ciencia Ficción” en el cuál más de 20 diseñadores gráficos e ilustradores participaron como expositores.

La exposición fue sumamente variada, tanto en técnicas como en el desarrollo del tema, y como en todo hubo trabajos excelentes, buenos, medianos y malos. Honestamente creo que el mío fue bueno, muy bueno pero pudo ser excelente si dejara de ser tan perfeccionista y calculadora y me atreviera más a desarrollar mis ideas sin tenerle miedo a “y si no les gusta” en fin. Sigo siendo una “pollita” un poco reprimida en el mundo del diseño, pero espero aventarme más para el próximo ATQ. ¡Qué les presumo me han vuelto a invitar a participar! Shhh…

No quiero hacer esto muy largo, así que aprovecho para agradecer a todas las personas que nos acompañaron, al invitado especial Iván de la revista ENE O que vino desde el DF, a los bloggeros que hicieron su inesperada aparición, a mis invitados y a los buenos amigos que te encuentras después de tener mucho de no verlos, y sobre todo a mis papás, que sinceramente no esperé verlos por allá, creo que eso fue lo más gratificante que me sucedió esa noche, ver a mi papá y a mi mamá admirando mi trabajo y oír a mi padre decir:

“Y para esto estudió mija” muy a su estilo la expresión pero bueno, aun no se convence de “lo que soy” pero creo que está en proceso de aceptarlo.

Sin más les muestro unos fragmentos de las propuestas que se exhibieron esa noche. Faltan otras pero pueden ver el resto de la exposición en la web de ATQ. Si les gustaría participar en el próximo ATQ manden un correo a los organizadores, la verdad vale mucho la pena.

Diana
p.d. espero verlos en el próximo ATQ

 
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lunes, junio 12, 2006
Ahhh el mundial

Diana
 
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sábado, junio 10, 2006
Un Trabajo Sucio

-Ya nos vamos Diana, cuida muy bien a Valeria y ya sabes entre 10 y 11 de la mañana te va a pedir un “bibi”, todo está en la pañalera, uhmm y si “se hace” ¿podrás cambiarla?- Me pregunta un tanto preocupada mi hermana a punto de irse en su auto hacia el trabajo.

-¿Si se hace?- En ese momento toda la palabra responsabilidad cayó fuertemente sobre mis hombros y escuchaba un pequeño eco resonando en mi oreja con la palabra “si se hace, si se hace” una y otra vez. -¡Dios! Jamás he cambiado un pañal en toda mi vida- pensaba mientras el rostro de mi hermana iba transformándose al ritmo en el que mi corazón y mi ansiedad por responder algo que no sonara como la “tonta mala tía” me traicionara.

“Si se hace te la llevo a la oficina” –le dije- mientras me percato de que respondí con todo lo que temía responder: una sarta de estupideces, por lo que para contrarrestar el impacto de mis palabras suelto una falsa carcajada y conforme los “ja ja ja ja” se tornan más forzados mi hermana me responde con sus ojos lo que me temía -estás pérdida- y se marcha.

-Bien ahora sólo estamos tú y yo Valeria- le digo a mi sobrina y ambas nos acostamos en mi cama para ver “Lazy Town”, un programa que en lo personal detesto, pero verla a ella brincar con aquella emoción sobre mi cama, dejarse caer sobre mí y sonreír como loca, hacen que valga la pena soportarlo.

El reloj apenas avanza, y “Lazy Town” aun no termina. ¡Dios ya quiero que se acabe! Y por alguna poderosa razón, el programa no termina. En ese momento reflexiono y pienso que cuando se cuidan niños, las horas se transforman de sesenta minutos a ciento veinte, y el tiempo pasa, muy, pero muy lento. Deseas que se duerman y te sientes tentado a darles unos cuantos gramos de valium que usa su abuela para dormir, pero te resistes y esperas a que por “arte de magia” caigan entre tus brazos.

Ring, ring, ring está suene y suene el teléfono y yo corro para alcanzar a contestar la llama -¿Bueno..Ohhhh…? - ¿Cómo está todo Diana?- pregunta mi hermana desde la otra línea –TODO bajo control- le presumo- Ya se está tomando el “bibi” y como que ya trae sueño – Muy bien, si sucede algo me llamas ¿ok? – seguro, no tienes de que preocuparte –y se termina la llamada.

Regreso a la habitación y Valeria está haciendo fuerzas. ¿Fuerzas? ¿Pujidos? ¡Oh no! ¡No me des premios ahorita! ¡No me impregnes con tu fragancia! Y como si mis plegarias fueran comprendidas por sus necesidades, Valeria deja de hacer gestos y el olor me confirma mis sospechas: SE HIZO.

Tengo que tomar una pronta decisión, no la puedo llevar a la oficina a que la cambie su mamá, es demasiado y tampoco se puede quedar sucia por mucho tiempo, ¡Ahh! pensé que cuidar niños era más fácil, pensé que Valeria “no hacía” cosas tan olorosas. De verdad pensé que no era tan inútilmente asquerosa para estas cosas! ¡Por Dios! ¡A quién engaño! Si no soporto ver un cabello en el azulejo del baño, la carne descongelándose en el fregadero y la olla de menudo en las fiestas decembrinas!

Como si mis dedos fueran pinzas, tomo a Valeria y la acuesto sobre mi cama, jalo la pañalera y husmeo entre ella en búsqueda de los instrumentos que me ayuden a completar mi encomienda. Después con valentía y un dedo oprimiendo mi nariz, me atrevo abrir su pañal. -¡Oh! shit…- exclamo en todo, todo, TODO el sentido de la palabra- Lo que estoy viendo es diez veces peor que ver el lavabo cuando sale mi hermano de afeitarse, huele peor que la comida del mercado municipal y la consistencia es semejante a la de un flan en plena cocción. Me alejo rápidamente y le pego un grito a mi Madrina que se encontraba haciendo el aseo en la casa.

-¡Nina, Nina! Ayúdeme- le imploro desesperada y guiándose por el olfato –supongo- llega a la escena del crimen. –Ay… mijita, no te preocupes, yo la cambio, sólo pásame las toallitas húmedas- Me dice muy tranquila- Sí CLARO- Es lo menos que puedo hacer por el enorme favor que a cambio ella me hará –Si Nina, déjeme y las encuentro- y comienzo a hurgar en la dichosa pañalera que muy probablemente fue diseñada por el “héroe” ochentero McGiver, ya que tenía múltiples y extraños compartimentos que a su vez se convertían en otro y traían como “plus” un zipper para no se qué diablos y yo tenía mis manos metidas en una bolsa que parecía no tener ni principio, ni fin.

-Si no hay toallitas húmedas no importa, con el mismo pañal la limpio- me intentaba calmar mi madrina mientras yo estaba apunto de tomar las tijeras y cortar en pedazos esa porquería. –Ya le estoy llamando a mi hermana- le digo para que me dé tiempo de hallarlas. -¿Qué pasa “Etúpida”- me responde la madre de la olorosa criatura- Las toallitas, no las hallo, no las hallo…-le respondo- Están en la bolsa que está por fuera pero que a la vez está por dentro y dentro de ella hay un zipper que tiene una bolsa con un plástico transparente. Diana… ¡NI MODO QUE NO LAS VEAS!- me dice en tono sarcástico, como quién tacha de ignorante a quién no conoce a Mozart- Aquí están – le respondo ya con un poco de ira- ¿Están nuevas? –le pregunto a medida que intento abrir el empaque –No, no están nuevas, ábrelas de la parte de arriba – me indica- y como si se tratara de una bolsa de papas fritas, las abro de la parte superior con mis dientes– Ya las abrí de arriba – le presumo feliz a mi hermana - ¿De arriba? ¿cómo qué de arriba? – Sí, de arriba, como las papitas- Ayy como eres menza, de ahí no se abren, se les va a secar el aceitito que traen ¿eh? - ¿Cómo no? – le pregunto un poco aturdida ya con tanta bebe-pañalera-información- No – me dice un poco molesta –Y por no saber como abrirlas, me debes un paquete de toallitas húmedas- y cuelga el teléfono.

Desconcertada y con el teléfono aun en mano, le paso cinco toallitas a mi Nina; ella hace su trabajo sumamente rápido y con cierto aire de experiencia que culmina en un suave, oloroso y limpio trasero de bebé. ¡Ahh…!

Diana
p.d. las toallitas se abren del centro.
 
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jueves, junio 08, 2006
atenta invitación
No hay mucho que decir, están coordialmente invitados para que asistan al tercer Ataque STL que obedece al nombre de "Ciencia ficción" el día de mañana, el resto de la información viene en la invitación:



Diana
p.d. yo voy a ser expositora, ¡vayan pues!
 
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domingo, junio 04, 2006
Maxima Seguridad
Yo voy a ir al cine a las 9:10pm pero ya me tengo que ir por la Mike a su trabajo, cierra bien las puertas de la casa –le dije a mi hermano, y me fui-

Mientras conducía decidí que después pasar por mi amiga regresaría a casa sólo para verificar que todo estuviera en orden; puertas con cerrojos, luces apagadas, llaves del agua sin estar goteando y aires acondicionados en OFF. ¡Pero qué escándalo! ¡Si sólo te irás un par de horas al cine! ¿No? Todo lo que digo suena como si la casa quedara abandonada por meses, lo sé, lo sé… se que sueno como una abuelita exagerada y quisquillosa, pero es que mi hermano es bastante despistado, la seguridad para él es nula e inexistente. Piensa que aun podemos dejar puertas y ventanas abiertas con un letrero de “pase usted y siéntase como en su casa” y honestamente, mientras me estacionaba pasaba por mi mente una escena donde llegaba a casa y encontraba todo desmantelado y me puse un poco nerviosa, traté de no pensar en ello en el resto de la noche.

Desafortunadamente, tuve unos contratiempos y no pude darle una “checada” a la casa antes de la función, pero intentaba en lo más profundo de mí ser que todo estuviera bien.

Por unas palomitas y dos té jumbo son $98.50 –nos dice el muchachito algo amanerado que atendía la dulcería- si quieren, les puedo dar más salsitas con lo que sobra de cambio –nos ofrece para terminar de redondear en tres cifras nuestro cosumo- Seguro le digo y volteo a ver a Mike y me dice –voy al baño antes de que empiece la función, ¿quieres ir?- sí- le contesté- pero qué asco entrar con la comida mejor ve tu, yo no tengo tantas ganas; pero si la necesidad me atosiga en plena función no importa, yo me salgo, total, ya leí el libro- y con eso dicho Mike se ausenta unos minutos.

Con dos horas y media después y un té jumbo postrado en mi vejiga se da por terminada la función. Salimos apresuradamente ya que Mike quería ir de nuevo al baño, yo también pero decidí esperar, ¡pues vivo a sólo cinco minutos del cine qué más da! No hay como ir al baño de tu casa, ¿cierto?

-No puedo creer que aguantes tanto Diana- me decía asombrada, admirándome, anonadada de tal hazaña –Yo entré antes de la función y después y tu puedes controlarte aun con un té jumbo sólo para poder entrar en tu casa ¡WOW!- me decía mi amiga, y yo con un tanto de soberbia le respondo –por algo me conocían en el mundo de las borracheras como la “vejiga de oro”, suelo aguantar mucho- le presumo al mismo tiempo que doy vuelta por la calle de mi casa.

Todo se ve en orden, la casa está cerrada, las plantas siguen en donde deberían de estar, la cochera no se ve alterada ni tampoco hay agua corriendo por la puerta de entrada. Ayyy Diana pareces una vil abuela- pensé en mis adentros- pongo mi mano sobre la perilla de la reja, la giro y no la puedo abrir. ¿Uh? ¡ah! Tiene llave, Ohhh… mi hermano ¡Qué lindo! ¡Dios escuchó mis plegarías y al fin ha puesto harta seguridad en el hogar que con tanto sudor y sacrificio han forjado nuestros queridos padres! –Entraremos por la cochera- le digo a Brenda. Aprieto el botón, se desliza el portón y caminamos hacia la puerta de servicio. -¿Sabes? Ahora si tengo muchas ganas de entrar al baño y nada más me falta que la puerta trasera tenga el pasa-dor…-

En ese momento, mi mano se encuentra intentando jalar la alambrera de la puerta pero, el PASADOR que se encuentra puesto por dentro no me lo permite. ¡No me jodas! ¡A quién se le ocurre cerrar el cerco con llave, puerta trasera con pasador, llave y candado! ¡Qué hice Dios mío! Crié un monstruo de la seguridad y ahora ha puesto seguridad de más.

Ah no, eso si que no, QUIERO ENTRAR AL BAÑO, QUIERO ENTRAR A MI BAÑO y ni siquiera puedo entrar a mi casa. Tomo el celular e intento hablar con mi hermano y sólo obtengo una respuesta

“Por el momento el usuario no contesta. La llamada será cobrada después del tono, gracias…”


Grrrrrrrhhhhhhh ¡Ahhhhhhhh! ¡Van a rodar cabezas! ¡Va arder Troya! y mientras hago mis corajes en plena calle, con el celular en un mano y con la otra tocándome el vientre, Brenda; intenta brincarse el cerco. No funciona. Gracias a la extrema seguridad con la que fue hecho, las piernas de cualquier ser mortal viviente sobre la faz de la tierra no te permiten brincarte el cerco, pero en esos momentos en que mi vejiga está a punto de reventar; desearía ser una delincuente “brinca cercos y bardas” y tener de acompañante a un malhechor y no a una tierna y delicada ingeniera en sistemas.

Intento llamar a mi hermano, y la respuesta es la misma estúpida grabación. “GRACIAS” ¡Hartas gracias! Ya no aguanto, ya no aguanto, ya no aguanto, si se me aparece un genio en estos momentos le pediría un baño limpio, un pedazo de papel o ser hombre y poder orinar de pie.

-Contesta hermano contesta- le digo imploro al celular y sigo intentando comunicarme con él.
-¿Qué pedo?- Me responde mientras la rola de “lo que pasó, pasó entre tú y yo…” hace fondo, ¡perrea nena! ¡perrea! Y una buena pachanga se alcanza a percibir a distancia.
-¡CERRASTE TODO CON LLAVE, TODO, TODO, TODO. INCLUSO LA ALAMBRERA DE LA COCINA TIENE EL $#&# PASADOR NO ME JODAS ALBINO A QUIÉN SE LE OCURRE! –Le digo apunto de que me dé un paro respiratorio por mi tremenda exaltación.
-¡Qué madre! Me dijiste que todo lo cerrara con llave y pues eso hice, al rato le caigo a la casa- perrea nena, perrea se sigue escuchando de fondo-
-No, que al rato ni que la nada, tengo tres horas y fracción queriendo ir al baño y un té que ya necesita evacuar el área, ¡ven abrirme las puertas pero YA!
-Ay a la… m…. sobres pues- Y termina la llamada-.

Los minutos comienzan a transcurrir, y no saben lo que esos minutos significaron, fue un duelo contra mis necesidades fisiológicas y mi autocontrol. Mike como la amiga linda e incondicional que tengo, me ofreció un par de servilletas con el emblema “Cinemark The Best Seat In Town” impregnadas en ellas. Yo con mi poca dignidad le dije que no, la “vejiga de oro” no se raja y me aguanté y seguí esperando. De pronto, un auto a exceso de velocidad vira por la esquina, se estaciona, y se baja mi hermano con las milagrosas llaves del cerco en su mano. Las introduce, quita el seguro de la chapa, gira la perilla y tarán: la reja está abierta y me invita a que cruce a través de ella, a que abra la puerta principal y que corra velozmente hasta llegar al alivio de todos mis corajes esa noche: el inodoro del baño.

Diana
 
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sábado, junio 03, 2006
Terror infantil
Ayer estaba revisando mi respaldo, eliminando cosas por aquí, cosas por allá y de pronto; me encontré con este pedazo de papel que hacía mucho tiempo no veía, es genial, fue escrito por un niño de 7 años y vean, vean lo que es sentir miedo y echar a volar tu imaginación a tan corta edad. ¡Qué lo disfruten!

Diana
p.d. cuidado con los gitanos saca ojos.
 
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