No voy a sacar a relucir sus mejores cualidades en tiempo pasado, no voy a mencionar nada que no se sepa, nada que no se haya comentado antes de él, simplemente quiero dedicarle un pedazito de este espacio a Héctor Estrada, que se nos adelantó un poco y ya se ha ido.

Es dolorosa su partida, es inexplicable como sucedió, los hubieras salen sobrando, las reflexiones nos sacuden a todos, el sentimiento te gana, los ojos no pueden contener todas las lágrimas generadas, y como cualquier simple mortal que somos: nos gana la melancolía y lloramos.

Es extraño ver a alguien a quien recuerdas siempre sonriente, ocurrente, bailador, inteligente y lindísima persona tendido en una caja de metal. No lo reconocí, lo único que puede encontrar familiar en él, fueron sus hermosas y envidiables pestañas. ¡Preciosas! El resto de él se va a quedará recordado en mí, estoy segura que será mi médico de cabecera allá en el cielo, porque pretendo irme al cielo, yo espero, Héctor interfiere por mí allá arriba dí que soy buena, dilo por favor, dilo ¿verdad que sí?...

Te vamos a extrañar, disfruta tu nueva vida allá. :)
Diana