Soy bien conocida por no tener un buen lazo con la tecnología, celulares de última moda, reproductores de música, televisiones y ese tipo de cosas no son de mi entera devoción y por lo mismo, muchas veces no se resolver problemas obvios y sencillos para los gadgets de lo último en tecnología. ¡No me juzguen por ello!

Con esto dicho les cuento mi trágica historia romántica de dos días con un experto en celulares. El Agente 09 de Telcel. ¡Ahhhh! Suspiro.

Al llegar de mi viaje por tierras regias. No sabía porque pero mi celular venía bloqueado y yo no podía hacer ni recibir llamadas, sumándole a esto que mi saldo expiró lo dejé ir por la santa paz, hasta una semana después cuando le compré su “tarjetota de saldo" de $300 pesos al chingado teléfono y que se la quiero poner y pues no, no me dejaba ni siquiera marcar al *333 para abonarle y yo pues un poco desesperada por esa ansiedad que me ataca de vez en cuando por mandar mensajitos me dije a mi misma que a pesar de la enorme flojera que me cargaba ese día, me dije las palabras que cualquier flojo no quiere esuchar: "tendré que ir al centro de ayuda telcel". Ahí comenzó todo este rollo.

A las 5:00pm saliendo de mi trabajo me dejo ir para allá, a la “Torre de Hermosillo” en dónde se encuentra el centro de ayuda Telcel más importante y que me queda de paso de regreso a casa. Llego y tomo mi númerito y éste me indica que pase con el asesor 09. ¡Qué bien! ¡El nueve es mi número favorito! ja!

Paso y el sujeto muy en su rollo frente al monitor y yo:
-Vengo porque gua gua gua gua gua..... –le dije y continuo- gua gua gua.
El asesor sólo se queda mirando el monitor sin voltearme a ver y me quita el celular. Rápidamente y como un mago que no quiere que su secreto sea descubierto le pica no se que diablos al celular y ya jala. ¡Está vivo de nuevo! ¡Vivo para mandar mis mensajitos y hacer mis llamadas escandalosas a mis amistades!

Me dio mucha felicidad y a la vez, ¡MUCHA VERGÜENZA! Realmente me vi como una vil india. ¡Vamos! ¡Seamos honestos lo que tenía era una tontada! Y por lo mismo me dijo:

-Si hubieras leído un librito que se llama “Manual de uso” hubieras podido hacerlo tu sola.

*Poñoñoiiing* al escuchar eso sentí que la palabra “india” terminaba de tatuarse en mi frente y que las trenzas se hacían cada vez más largas. Por poquito y le decía “dispenseme siñor” pero el grado de estupidez no rebasó los límites esa tarde.

Permanecí unos segundos seria y pensé “a la madre, qué malvado pero es cierto”. Seguí pensando y le dije:
-No pues si que es una tontada ¿no? –y yo comencé a ponerme roja- mira –continué- no eché tremenda vuelta hasta acá para que un asesor le pique dos o tres teclas y ya funcione, voy aprovechar y te voy a preguntar el por qué no puedo descargar tonos a mi celular.

Y comencé a explicarle que dos semanas antes intenté bajar la canción de “El Padrino” a mi teléfono y que por una razón muy poderosa y muy, muy costosa, jamás se había descargado a mi teléfono pero que si había sido cobrado no una, ni dos, ni tres, sino CUATRO veces con un costo de $16.00 + iva lo cual no me parecía para nada justo y quería mínimo ayuda en vivo y en directo.

Entre mi trágica historia con la tecnología de los tonos y el excesivo costo de los mismos comencé a platicar con él en plan de “muy compas” haciéndole carrilla por trabajar para empresa que se hace rico con el dinero de nosotros los pobres, etc y mientras eso ocurría comencé a encontrarlo ciertamente guapo, aunque un poco mayor para mí tenía un no se que, que, qué se yo que me atraía y pssss total que terminé dándole lástima porque resultó que descontinuaron el cochino tono del ideastelcel.com y ya no lo pudimos bajar y psss como buen samaritano que es, me quiso pasar tonos y mágicamente no pudo. Los asesores que se encontraban a su lado el 10 y el 11 también lo intentaron y en lo que me presumían sus tonos y se pasaban tonos entre ellos mismos, yo tenía unas platicadotas con medio personal de Telcel, hasta que me di cuenta que tenía alrededor de unos 45 min y me caí en cuenta de que hay que invertir mejor nuestro tiempo y le digo sutilmente al 09

-Oye… ya me voy a la fregada, es bien tarde y no tienes para cuando pasarme los famosos tonos que tienes en tu celular.
-No, déjame intentarlo una vez más –me dijo mientras le seguía picando no se qué a su teléfono y en la otra mano sostenía el mío esperando una “respuesta”.
-De verdad ya es bien tarde, ya me voy, pero gracias de todos modos. –y que le quito mi celular-
-¡Es más- me dijo muy emocionado- Ven el martes y te traigo tu tono, el del mentado Padrino y yo te lo paso, déjame te anoto en la agenda para que veas que es enserio y que no se me va olvidar.
-Está bien, el martes vengo pero pobre de ti que no me lo traigas ¿eh? –le dije con un tono amenazador y acá entre nos coqueto- Jajajajajaj

Y que se llega el martes. ¡Ya se imaginaran! Yo me peiné, no fui a clases de italiano para poderme arreglar tranquilamente, me medí unos trapos y que éste y que lo otro y ya saben como somos las mujeres ¿no?

Me traje mi maquillaje al trabajo, me retoqué antes de salir, se dieron las 5 y salí para la Torre, llegué a un oxxo por unos trident sabor mora, para pues, ustedes saben… para llegar con un aliento fresco y bla, bla, bla, bla. Me estaciono, me paso el cepillo por la cabeza, brillito en los labios y hasta hago un intento fallido por meter la panza jajajajaja ¡qué cinismo! y de pilón camino derechitititita. ¡En fin!

Subo por el elevador, saludo al guardia, entro y sin mirar a los asesores, agarro mi numerito y cuando me doy media vuelta: TARAN el asesor 09 NO ESTABA. Y yo #$R%#"Y&$WG#TY "ha de estar en el baño", eso pensé, eso quería creer, y yo "chingado, no fui al italiano por eso, me salí 10 min antes del trabajo, llegué al oxxo (que le tengo miedo por el estrecho estacionamiento) y no lo veo, no veo al 09 por ninguna parte”

En eso me dice la recepcionista en turno -Pase con el asesor 07 él lo atenderá- y yo aun renuente y con cierta inocencia le respondo -No, es que me dijo el asesor 09 que viniera hoy, pues tengo una cita-

¿QUÉ? ¿ESO DIJE? ¡¡¡NO PUES!!! ¿Quién hace cita en Telcel? ¿Y esa pendejada qué? ¿Tan desesperaba estaba que dije “cita en Telcel”? ¡Dios!

La señorita notó que estaba alterada y me dice -Señorita aquí no se manejan citas, sino turnos y usted ya puede pasar con el 07, además, el 09 HOY NO VINO A TRABAJAR-

¡¡¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!

Parecía que me estaban jalando de los pelos cuando dijo eso, pero para no hacer notar mi corazón roto le respondí -¿Ah si?... fíjate NO VINO HOY A TRABAJAR- después de eso un silencio incómodo de escasos segundos que parecieron minutos, mi coraje y mi desilusión eran demasiado obvios así que me dirigí a prisa con el 07 y ya cuando iba a llegar con él, me paso a la ventanilla 10 y como ya me lo había “camareado” antes le pregunté por el 09 y me dice

-ahhh tu eres la señorita de los ring tones que te iba a pasar el ****** ¿verdad?-
-Pues sí… snifff –ojitos vidrosos de Remy- Pero pues… me hizo venir en vano-
-Si, ya me dí cuenta, ¡qué pena! es que no vino porque, pues lo suspendieron por retardos y hoy lo regresaron, pero me comentó que ibas a venir y que pena-
-No pues que curado está tu camarada dile que agarre un librito que se llama manual de usuario y que aprenda a usar la alarma despertador de su celular para que no se quede dormido el talegón ya me voy a ir gracias-
-Yo le digo que viniste.
-Gracias-

Y al darme media vuelta me quedo pensando un instante y me regreso. Agarro el papelito de "mi turno", le quito la pluma al 10 y le dejo un recado amenazante al 09 y me fui. El guardia del estacionamiento se despide de mí haciéndome carrilla
-Ahhhh si el ***** siempre llega bien tarde y lo regresaron ahora en la mañana ni modo muchachita que le vaya bien. Búsquese otro asesor, esos impuntuales no le convienen-

Y ya me fui a mi casa con el corazón roto, la cabeza caliente del coraje y muy arregladita jajajajajajajajjajajajajaa. Y la neta, pinche suerte que tengo, pero ni modo, suele pasarme con mucha frecuencia. Lo triste de esto no fue el plantón del martes, si no lo que sucedió dos días después cuando me llama a la oficina me pide que regrese el jueves. Tontamente acepto y voy el día indicado, a la hora acordada y me vuelve hacer lo mismo. ¡¡Ahhh con mis sentimientos no se juega!! Snifff…

Salí de nuevo con el corazón roto y con un capuchino extra en mi mano que no podía acomodar en el portavasos de mi auto, el guardia siempre atento a todo lo que ocurre con los que entramos y salimos de la torre se compadeció de mí diciéndome –No se preocupe señorita, él 10 y el 03 son bien puntuales esos no faltan y les gusta mucho tomar café-

Ahhhhhhhhhhh ¡maldito guardia metiche! Con eso terminó de darme una patada baja y con sus suaves y "consoladoras" palabras me marché jurando no volver a pisar la maldita torre de Hermosillo en lo que me resta de vida, bueno al menos no para ir a Telcel, porque en ese lugar hay una vacante para un trabajo que me llama mucho la atención. Pero esa es otra historia.
C’est la vie!