Todos saludaron como de costumbre "Buenos días Diana" y yo respondía "Buenos días".
Pero ella llegó y nos vió a mi compañera y a mí y se acercó. Con un poco de dificultad -porque es de estatura baja y muy pequeñita- se puso de puntitas y nos dió un beso en la frente. Su saludo simplemente no necesitó nada mas que decir. Nosotras automáticamente le respondimos "Que linda, que linda, que lindaaaaaa... que tengas un muy buen día".
Y así fue. Yo sigo feliz, mucho muy feliz y cuestionándome cómo puede un pequeño gesto de cariño de una compañera de trabajo hacia ti hacerte el día tan feliz y tan especial.
En lo personal, nunca nadie de las personas con las que trabajo había llegado saludándome así.
Se siente bonito. Snifff... creo que voy a llorar.
Diana
Etiquetas: felicidad, saludo, sentimientos, trabajo
PUES QUE BUENA ONDA QUE TENGAS COMPAÑERAS TAN ATENTAS, NO SIEMPRE PODEMOS CONTAR CON ESO, ERES AFORTUNADA
SALUDOS