
He sido muy afortunada de convivir con ellos, de conocerlos y de compartir un poco de mi vida profesional. Todos y cada uno son seres humanos excepcionales, dedicados y agradables. Algunos en mayor medida que otros, pero todos me dejan un bonito recuerdo que compartir. -Sí… si se lo preguntan hasta el hediondo del rancio-.
Aunque fue poco lo que estuve con ellos pasamos buenos momentos juntos, las muchachas se portaron lindísimas conmigo desde el primer día. Voy a extrañar comer con ellas a medio día, que me pregunten qué es mi almuerzo y que lo vean con ojos de “pobre Diana se va a comer eso” jajajaja, era gracioso ver que me echaban porras con mi comida a pesar de nunca, nunca llevé nada delicioso que presumir, a excepción del pastel de elote, creo que no hubo nada que causara un antojo. De igual forma las voy a extrañar muchísimo.

Algo que sin duda me duele mucho dejar es al jefe, ha sido el mejor jefe que he tenido en mi vida. Es humano, es sencillo, no se los puedo contar por aquí, tendrían que conocerlo, él es de lo mejor. Gracias por todo señor Rolando.
Me llevo conmigo los mejores recuerdos y espero que en la nueva oficina donde se encuentran ellos ahora se la sigan pasando bien, trabajen mucho y espero volver a trabajar con ellos en un futuro. Valen mucho la pena. Los quiero.

Diana