-Vete bajando para que los vayas comprando en lo que yo hallo estacionamiento- le indiqué a mi amiga y me di reversa. Avancé y avancé varios metros en busca de un lugar en donde estacionarme pero era imposible, todos los estacionamientos de los locales estaban a reventar. Eran alrededor de las nueve y cuarto de la mañana y era impresionante como se encontraba lleno el estacionamiento, supongo que todos los autos que estaban estacionados iban al mismo café que nosotras, pues el resto de los negocios que se encuentran ahí abren alrededor de las diez de la mañana.
-Que buenos días ni que la nada, aunque me digas así con tu tonito de felicidad te me largas de aquí, estos son MIS estacionamientos y por más dulce que me des los días no te voy a dejar que te quedes ahí ¿eh?-
-Señora pero si todos los estacionamientos están llenos, voy aquí cerquita y no me tardaré nada, mi amiga ya está haciendo fila para ganarle al tiempo-
-Pues si… pero mira como te estacionas pégate a la raya de allá no quiero que invadas mis espacios, hazte unos diez centímetros más a tu derecha porque estás a punto de morder la línea de mis estacionamientos. –Me ordenaba con un toco poco amable.
-Señora me disculpa pero no me puedo pegar más hacia la derecha, el auto que está a un lado no va a poder salir-
-Hazte para allá, hazte para allá- Insistía neciamente al momento en que movía sus manos hacia la derecha.
-¿Sabe qué? No me voy hacer diez centímetros ahí lo voy a dejar y con permiso ahorita regreso- Le respondí ya bastante enojada por la necedad de la vieja jodida.
-Pues si te vas yo no respondo- Me amenazó al mismo tiempo en que se metía a su local y sacaba un tubo de acero y lo sostenía en su mano.
-¿Qué no responde qué?- estaba anonadada de lo que estaba presenciando.
-NO respondo como esté tu carro cuando regreses-
-Mire señora no puedo creer lo necia que es, es pura necedad lo de usted- Y con un tono de sarcasmo continué – Si ya estoy viendo lo lleno que tiene el lugar, de lo mucho que necesita que estén estos espacios libres para que los cientos de clientes que atiende su negocio sumamente exitoso pueda recibirlos, ya estoy viendo lo mucho que estorbo, ya veo, ya lo veo.
-Mira chamaquita o mueves el carro o cuando regreses estará ponchado y abollado. - Su tono de amenaza en verdad se convertiría en realidad y yo definitivamente no podía arriesgarme a eso-
-¿Pues sabe qué? Aquí me voy a quedar mire, aquí me voy a recargar en mi carrito y voy a disfrutar de mi tiempo libre, del bello cielo que tenemos este día parcialmente nublado y voy a gozar de la felicidad de poder tener mi carro limpio y BIEN estacionado- Y me recargué en él mientras me colocaba los lentes para sol.
-¿Mande?
-¿No te dio miedo?
-¿Miedo?-
-Si mijita, miedo a que se te viniera encima y te golpeara o sabrá Dios que más..-
-Sí señora, la verdad sí me dio miedo que me hiciera algo-
-Ya sé mija, a mí también me dio mucho miedo. Pero dime algo… ¿si te daba miedo por qué seguiste discutiendo?
-Sencillo señora, yo no me pienso dejar de nadie ya, no me importa si con ello me gano un santo fregazo pero no voy a darle la razón a la gente necia y lo de ella si que es una tremenda necedad-
-Pos si… - me respondió y se quedó callada.
Diana
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