La maldita bacteria Staphylococcus aureus se me pegó en las Amígdalas como un chicle en mi zapato. Por más que le raspas contra el piso, no se sale y ahí se queda. De igual forma, por más que he hecho caso a todas las recomendaciones del médico, que me he tomado las pinkys medicinas a la hora y que he hecho hasta las posiciones del Yoga -no recetadas, ni acreditadas- nomas no veo mejora. ¡Estoy así desde el martes!
Estar enferma es una joda, pero estar enferma de las amígdalas, es lo peor, no puedo hablar, no puedo cantar, no me puedo reír, no puedo tomar café a la hora que quiera, paso del frío al calor en minutos, lloro del dolor y luego me quiero reír de lo ridícula y panchera que me ví por haber llorado y tampoco me puedo reír. No, no, no, de locos, es una enfermedad bipolar. No puedo ir a trabajar, y eso de estar todo el día en cama viendo el techo, people+arts y tv azteca están acabando con mi paciencia, -que siempre se ha presumudo de ser grande-
Mi guardaropa de estos últimos días han sido: ¿pijama de mickeymouse o pijama del burro del winnie pooh? ohh... difícil decisión.
Lo único bueno de estar pasando por esto es que mi cuñado me mandó un kilo de café Verona del starbucks, ahora sólo me resta que se lo lleve de vuelta porque me lo mandó entero y no molido y ¡así no lo puedo usar! Espero aliviarme en el lapso de la molida-café-regresa-a-mí, para poder hablarle y darle les gracias con una taza de café en mano.
Saludos y no vengan a visitarme porque no puedo hablar, ni reirme, ni tomar café con ustedes así que pa' qué pues, mejor mensajitos al celular como me la he pasado estos días, sigamos haciendo rico al Tío Slim y quemando neuronas estúpidamente mientras me escriben mensajes de texto.
Diana
p.d. ando de pelos machín.
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